León XIV: el Papa de dos patrias y un solo corazón universal
Hoy, como antropólogo y hombre de fe, soy testigo de un momento que marcará nuestra historia espiritual y cultural: el Cardenal Robert Francis Prevost ha sido elegido como el nuevo Papa. Su nombre será León XIV.
La tarde del
8 de mayo de 2025, la humanidad contuvo la respiración. El humo blanco emergió por fin de la chimenea de la Capilla Sixtina, y con él, la certeza de que los 133 cardenales, encerrados en oración y discernimiento, habían llegado a un consenso. No fue solo una señal física. Fue —como siempre en la tradición cristiana— una señal sagrada. Un lenguaje que no necesita palabras, pero que estremece el alma.
Y entonces se supo: el nuevo Vicario de Cristo es un hijo de dos tierras. Estadounidense de nacimiento, sí, pero también peruano por misión, por afecto y por entrega. Robert Prevost no solo pasó por el Perú. Él se quedó en sus comunidades, en su gente, en el polvo de sus calles y en la fe de su pueblo. Fue misionero, fue guía, fue obispo en Chiclayo, una tierra que lo abrazó… y que hoy se siente abrazada por el mundo.
Desde una óptica antropológica, es profundamente simbólico que un hombre con doble nacionalidad, con doble raíz cultural, sea quien guíe hoy a la Iglesia. Significa que lo universal ya no se construye desde el centro europeo del poder eclesial, sino desde la periferia misionera, desde lo diverso, desde la comunión entre los pueblos.
El Papa León XIV tiene 69 años, pero lleva en sus hombros siglos de tradición y en su mirada, una esperanza renovada. Su reputación como moderado, puente entre posturas, será crucial en estos tiempos de división. La Iglesia, como organismo humano y divino a la vez, vive tensiones reales. Y es en esos momentos que surgen los pastores auténticos.
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Feliz Morales Espinoza, nos habla sobre el papa peruano |
Escuché decir a un peregrino norirlandés en la Plaza de San Pedro: “No soy muy religioso, pero estar aquí me ha dejado alucinado”. Y entendí que la emoción no es propiedad de los creyentes. Es la expresión del alma humana cuando se encuentra con lo trascendente. Porque presenciar un cónclave no es solo un evento católico. Es un rito universal que habla al corazón de toda la humanidad.
El nuevo Papa ha sido elegido tras dos intensos días de votaciones, luego del legado profundo de Francisco, un pontífice que puso su mirada en los pobres y los migrantes, desestabilizando cómodas estructuras y recordándonos a todos que Cristo habita en los márgenes.
Y ahora, con León XIV, la Iglesia inicia una nueva etapa. Más que norteamericano o peruano, él es pastor del mundo. Y como Félix Morales Espinoza, no solo antropólogo, sino peregrino de esta historia, digo con humildad y esperanza: ¡Habemus Papam!
Autor: Felix Morales Espinoza